La polémica sobre los símbolos confederados y racistas ha alcanzado a la figura de Cristóbal Colón en Nueva York, donde ha surgido un fuerte debate sobre si su estatua debe o no ser eliminada de una conocida plaza de la ciudad.
“Colón debe quedarse”, defendió hoy la aspirante republicana a la Alcaldía Nicole Malliotakis, la última personalidad en sumarse a la discusión.
El debate llega después de que las autoridades locales anunciasen esta semana que van a poner en marcha una revisión sobre los posibles “símbolos de odio” ubicados en espacios públicos de la ciudad, tras los incidentes registrados en Charlottesville (Virginia) y el debate generado en todo el país.
Dentro de ese análisis, algunas voces -incluida la presidenta del Concejo municipal, Melissa Mark Viverito,- han comenzado a pedir que también se estudie la posibilidad de retirar la estatua de Colón.
“Cristóbal Colón es una figura controvertida para muchos de nosotros, particularmente para aquellos que vienen del Caribe. Debemos mirar la historia, mirarla cuidadosa y claramente”, indicó el lunes la concejal de origen puertorriqueño, provocando de inmediato una cadena de reacciones.
El concejal Jumaane Williams, que representa a un distrito de Brooklyn, fue más allá que Mark Viverito y dijo que apoya la retirada de la estatua.
El gigantesco monumento a Colón, de 76 pies, da nombre al popular sector Columbus Circle, donde se ubica uno de los famosos hoteles del ahora presidente, Donald Trump, y una de las estaciones del metro más conocidas de la ciudad.
La estatua fue un regalo en 1892 de inmigrantes italoamericanos y figuras de esa comunidad han salido rápidamente en su defensa.
El presidente de la Comisión para la Justicia Social del estado de Nueva York, John Fratta, aseguró que la comunidad italoamericana se movilizará y hará “todo lo posible” para evitar la retirada del monumento, algo con lo que también coincidió el asambleísta estatal Ron Castorina.
Libby O’Connell, especialista en historia de EE.UU y asesora principal de History Channel, opinó en declaraciones a un medio local que la estatua no debe ser removida.
O’Connell reconoce que Colón es una “figura histórica complicada” y que pese a que fue un “explorador implacable”, como muchos de su época, cambió el mundo de una forma positiva.
El alcalde Bill de Blasio, de raíces italianas y que marcha cada año en el desfile de Columbus Day, también ha reconocido en el pasado que Colón es “una figura complicada”, pero por ahora ha preferido no opinar, señalando que quiere que la revisión que ha propuesto sea un “proceso objetivo”.
De Blasio indicó a principios de esta semana que pronto anunciará los integrantes de la comisión que revisará las estatuas de la ciudad y que deberá presentar un informe en un periodo de 90 días.
La intención del Ayuntamiento es identificar y eliminar monumentos que se considere que sugieren odio, división, racismo, antisemitismo o que son contrarios a los valores de esta ciudad.
El alcalde tomó esta decisión luego de que, tras los incidentes raciales en Virginia, en varios puntos del país comenzaran a eliminarse estatuas de líderes confederados, que apoyaban la permanencia de la esclavitud.
En Nueva York, a raíz de Charlottesville se ha retirado al menos una placa dedicada al general confederado Robert E. Lee y varios políticos han demandando cambiar los nombres de calles que reconocen a figuras de la Confederación.
También se ha pedido con fuerza que una estatua que honra al médico J. Marion Sim, que hizo experimentos en Alabama con esclavas sin su consentimiento ni suministrarles anestesia, sea removida del famoso Parque Central.
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