Stephen Curry, Klay Thompson y Kevin Durant, de Golden State Warriors (John G. Mabanglo - FOTO: John G. Mabanglo / EFE) |
“Estos Warriors es el equipo con más arsenal en ataque contra el que he jugado en mi carrera. He jugado contra grandes equipos, pero no creo que hubiera ninguno con tanta capacidad ofensiva. Incluso cuando tú estás jugando bien vas a tener que hacerlo muy bien, porque ellos te van a meter canastas y encadenar rachas anotadoras”.
Así se expresaba LeBron James antes de que dieran inicio las finales de la NBA y su radiografía del adversario que tenía delante era bastante acertada.
Es difícil decir cuál ha sido el mejor equipo de la historia de la NBA, pero sí puede haber cierto consenso sobre cuál ha sido el mejor en ataque. A estos Warriors sólo les podría quizá discutir ese título los Lakers de Magic Johnson y el ‘Showtime’. De hecho, tal y como recuerda el periodista Marc J. Spears en The Undefeated, ningún equipo había encestado tantos puntos por posesión en playoff desde que se instauró el actual sistema, en 1984. Estos Warriors meten 113,5 puntos por cada 100 posesiones, seguidos por los Lakers de la temporada 1986-87, con 113,1. El equipo de Oakland ha sido esta temporada el mejor en porcentaje de tiros de campo tanto en fase regular como en playoff con un 56 por ciento de acierto, unas cifras que no se veían desde 1983-84.
Steve Kerr tiene un equipo con excelentes anotadores y sabe cómo utilizarlo sin que haya problemas de egos o celos. Hay tres jugadores de nivel All Star como Kevin Durant, Stephen Curry y Klay Thompson que son capaces de anotar por encima de la treintena de puntos en cualquier partido, pero también otros como Draymond Green, Andre Iguodala y Shaun Livingston a los que tampoco puedes descuidar. Es un monstruo con muchísimas cabezas.
Para Byron Scott, escolta que formó parte de aquello Lakers del ‘Showtime’, “tienen muchas armas, te pueden superar de muchas maneras. Creo honestamente que ellos tienen el mejor ataque que he visto nunca”. Posiblemente, el gran secreto de los Warriors, además del indudable talento ofensivo individual de sus jugadores, es la forma en cómo se asocian, con constantes bloqueos, movimientos y pantallas, todo ello hasta encontrar en punto débil de su rival. Esa capacidad para ser efectivos individualmente, pero hacerlo jugando siempre para el compañero les coloca en otro nivel.
Posiblemente la gran diferencia entre estos dos equipos es el mayor protagonismo que tiene hoy en día el juego exterior. Estos Warriors son fulminantes con sus rachas de triples, mientras que aquellos Lakers contaban con una pieza interior básica como era Kareem Abdul Jabbar. Por lo demás, el espíritu y la vocación ofensiva de ambas escuadras presenta grandes similitudes. Para Steve Kerr, actual entrenador del combinado de Oakland, “la clave es que todos los jugadores que tenemos en la cancha son grandes pasadores que además son altruistas, por lo que comenzamos a mover el balón y acabamos logrando un buen tiro. ¿Si somos el mejor equipo en ataque de la historia? No lo sé, no presto mucha atención a eso. Lo que sí sé es que si yo tuviera que jugar contra estos Warriors no tendría ninguna opción de estar en la pista, porque cualquier jugador de este equipo sería un problema para mí”.
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