SANTO DOMINGO (R. Dominicana).- Sólo horas después
de regresar al país desde las Naciones Unidas, el Danilo Medina llamó
esta semana a su despacho al director de Oficina de Ingenieros
Supervisores de Obras del Estado (OISOE), donde un contratista del
Gobierno se habría suicidado agobiado por presiones de una supuesta red
de extorsión.
El marcado interés del jefe de Estado en un caso que ha conmocionado a
la opinión pública local, parece dirigido a impedir que la corrupción
manche con tinta indeleble uno de los más preciados programas que
ejecuta su Administración: la construcción de 28.000 aulas para la educación preuniversitaria.
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