Hasta ahora, las opciones anticonceptivas para el hombre son, aparte de
la abstinencia, el condón o la vasectomía. Todos los intentos de llevar
al mercado métodos parecidos a los tratamientos hormonales femeninos,
como la píldora o los dispositivos intrauterinos, han fracasado. Los
métodos probados provocaban demasiados efectos secundarios o no
alcanzaban la eficacia deseada y las empresas farmacéuticas han acabado
asumiendo que no existe un mercado que justifique las inversiones
millonarias que requiere desarrollar uno de estos fármacos.
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