miércoles, 7 de agosto de 2013

“Caso: Corrupción policial de Sosúa, Puerto Plata” me da la razón

Por Juan Isidro Inoa

Ji2013@hotmail.com


El pasado 4 de julio dije en mi columna lo que pienso sobre la cacareada reforma policial. Algunos amigos y colegas me tildaron de radical y descabellado
.

Sobre la radical es cierto. Como salida para una reforma policial creo que debe haber un rompimiento radical con la actual estructura. Y sobre lo descabellada de la posición, ha sido una ofensa para mí y para los que como yo nos gusta raparnos la cabeza y para aquellos que la naturaleza le quita el problema del peinado, porque insinúan que el que no tiene cabellos no piensa.

Pero nada. Lo importante es que la revelación hechas por el nuevo jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Elpidio Castro Castillo, sobre el “Caso: Corrupción Policial de Sosúa, Puerto Plata”, donde los agentes desaparecieron dos cajas fuertes con 60 millones de pesos más las joyas que en la residencia habían, nos da la razón que desde abajo hasta “arribita”, con escazas excepciones, la policía está dañada. No sirve.

Según los interrogatorios, a los que un diario digital tuvo acceso y reveló el caso, los agentes hicieron un allanamiento sin orden ni conocimiento de los superiores el 17 de octubre de 2012, en Sosúa, donde murió el alemán Peter Diettrich, y por la parte de atrás cargaron con las dos cajas fuertes en la guagua de la Policía Científica y nadie ahora sabe de ellas.

En el caso se mencionan generales, coroneles, tenientes, sargentos y demás rangos, lo que me da la razón de que desde abajo hasta “arribita” la policía esta corrompida.

Por los datos del operativo, se puede notar una buena planificación por parte de los policías ejecutantes quienes presentaron a la prensa un arsenal de armas de todos los calibre e indujeron a la opinión pública a justificar el muerto y los heridos. Eso quedó ahí. Hoy se ha sabido que todo fue una falsa para el robo de los 60 millones de pesos que parece que dieron para repartir a muchas gentes y aún quedar con muchos “cuartos”.

Señores, en quien confiamos?

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