Aunque en algunos países, incluyendo a Estados Unidos, el gabinete se va conformando de manera pública durante el periodo de transición, en la República Dominicana
se estila dejarlo para el día de la toma de posesión del presidente
para dar un golpe de efecto y lanzar las primeras señales de por donde ira el gobierno que se inicia.
Se estilo dominicano, para un gobierno
de un mismo partido que ya tiene ocho años en el poder, son mucho
mayores las expectativas y el impacto.
El presidente electo Danilo Medina
vendió “continuar lo que está bien”, corregir lo que está mal” y hacer
lo que nunca se ha hecho”. Pero también vendió “El verdadero cambio, el
cambio seguro”.
Aunque ese slogan de “continuar lo que
está bien” es con referencia al estilo de gobierno, ya muchos
funcionarios lo con la intención de permanecer lo enarbolan con
referencia personales, y con el derecho que le otorga su militancia
política, su trabajo por el triunfo y su buen desempeño en la posición
que ocupan.
Sin embargo para la población ansiosa de
cambios, más que cambio de estilo de gobierno lo que quiere y desea es
cambio de caras, nombres y estilos.
Para que el impacto sea positivo es
necesaria un remoción del gabinete, de manera tal que confirme el cambio
en la percepción de quienes lo favorecieron con el voto. Y ahí está la
encrucijada.
Danilo tiene sobre sus hombros el
problema de renovación de un gabinete, que por el tiempo en ejercicio,
luce cansón en la población pero que está aferrado al poder. Un gabinete
donde gran parte de sus funcionarios ha comprado todo el “Koquí” del
mundo para que no los despeguen.
También de aquellos que han estado fuera
y esperan una oportunidad, de los aliados que buscan una mayor cuota de
poder y los que sin ser aliados partidario ni miembros de su partido,
desde afuera jugaron un papel preponderante en su campaña.
La situación de presidente electo no es
fácil y sus compañeros de partido, con excepción del Procura
dor General
de la República que con su renuncia le deja el puesto en libertad, se la
están poniendo difícil.
La cancha es de Danilo y el tiene en sus
manos la decisión de conformar el equipo que considere que puede llenar
las expectativas de quienes pagaron las taquilla para disfrutar del
juego.
Muy buen articulo
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