Se esta estilando en los últimos tiempo el tomar los medios de comunicación para la creación de campañas mediáticas con los fines de defender intereses particulares o de grupos.
Ya se vivió la experiencia de los intereses encontrados entre dos estaciones de expendio de gas propano, donde un pequeño grupo de comunicadores sacó una gran tajada, y los que querían entrar al debate preguntaban cual de las dos estaba dando más.
Ahora esos comunicadores le ha llegado otra “vaca gorda” con el lío de la famosa cementera que se le ha otorgado el permiso para su operación en la parte este del país.
Una gran cantidad de recursos se esta manejando por ambas partes, los que se oponen y los que la quieren.
Sin embargo muchos de los comunicadores, y mas que muchos, una gran mayoría emiten sus opiniones sin saber que al hacerlo están defendiendo una de las partes interesadas y a su vez le están haciendo el juego a los vivos que ya han cobrados por adelantado para obligar como agenda periodística el tema de la cementera, ya sea en contra o a favor de ella.
Opinar sobre la cementera es defender uno de los intereses económicos envueltos. Los que quieren entrar al negocio del cemento en la República Dominicana y los que quieren mantener reducidas al mínimo la sociedad cementera en el país.
El despliegue propagandístico por ambas partes y la cantidad de recursos que se está invirtiendo, es una clara luz de que en el medio no hay ninguna defensa ecológica ni depredadora, sino económica.
Los comunicadores, que se creen que deben opinar sobre todo, al hacer comentarios, escribir cuartillas y al emitir sanas opiniones, entran de manera inconciente en la defensa de unos intereses que en nada lo beneficiará a ellos, pero que si el comentario o la opinión beneficia a los grupos de intereses encontrados y a los comunicadores que están cobrado, que muchas veces se adjudican el comentario o la opinión de los otros como algo “trabajado” por ellos.
¿Son voluntarios los que están en las calles en protestas? ¿Se le paga un jornal por esa actividad?
¿De dónde provienen los recursos? ¿Cómo los grupos populares defienden los Haitises si cuando hacen sus protestas cortan árboles para bloquear el tránsito? ¿Conocen el parque sus defensores? ¿Qué garantía tienen los defensores de la cementera de la recuperación del verde perdido?
A mi entender lo mejor es no opinar sobre el tema porque mientras ellos, los de arriba, empresarios y comunicadores defienden su tajada, otros sin saber están pasando tontos por no decir “pendejos”.
Ya se vivió la experiencia de los intereses encontrados entre dos estaciones de expendio de gas propano, donde un pequeño grupo de comunicadores sacó una gran tajada, y los que querían entrar al debate preguntaban cual de las dos estaba dando más.
Ahora esos comunicadores le ha llegado otra “vaca gorda” con el lío de la famosa cementera que se le ha otorgado el permiso para su operación en la parte este del país.
Una gran cantidad de recursos se esta manejando por ambas partes, los que se oponen y los que la quieren.
Sin embargo muchos de los comunicadores, y mas que muchos, una gran mayoría emiten sus opiniones sin saber que al hacerlo están defendiendo una de las partes interesadas y a su vez le están haciendo el juego a los vivos que ya han cobrados por adelantado para obligar como agenda periodística el tema de la cementera, ya sea en contra o a favor de ella.
Opinar sobre la cementera es defender uno de los intereses económicos envueltos. Los que quieren entrar al negocio del cemento en la República Dominicana y los que quieren mantener reducidas al mínimo la sociedad cementera en el país.
El despliegue propagandístico por ambas partes y la cantidad de recursos que se está invirtiendo, es una clara luz de que en el medio no hay ninguna defensa ecológica ni depredadora, sino económica.
Los comunicadores, que se creen que deben opinar sobre todo, al hacer comentarios, escribir cuartillas y al emitir sanas opiniones, entran de manera inconciente en la defensa de unos intereses que en nada lo beneficiará a ellos, pero que si el comentario o la opinión beneficia a los grupos de intereses encontrados y a los comunicadores que están cobrado, que muchas veces se adjudican el comentario o la opinión de los otros como algo “trabajado” por ellos.
¿Son voluntarios los que están en las calles en protestas? ¿Se le paga un jornal por esa actividad?
¿De dónde provienen los recursos? ¿Cómo los grupos populares defienden los Haitises si cuando hacen sus protestas cortan árboles para bloquear el tránsito? ¿Conocen el parque sus defensores? ¿Qué garantía tienen los defensores de la cementera de la recuperación del verde perdido?
A mi entender lo mejor es no opinar sobre el tema porque mientras ellos, los de arriba, empresarios y comunicadores defienden su tajada, otros sin saber están pasando tontos por no decir “pendejos”.
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