En el día de ayer tuve la oportunidad de asistir a la presentación de plancha y cierre de campaña del CDP de Ramón Paulino, y quede impresionado con la cantidad de personas que asistieron.
Como curiosidad periodística llegué a contar 108 miembros del colegio, dejando fuera aquellos que fueron para informar a los contrarios “como estuvo” el asunto.
Fue la segunda actividad en que hice presencia en este torneo cedepeista y la primera de Ramón Paulino. Los demás nunca me invitaron o no tuvieron la delicadeza de importantizarme con una llamada. Quizás ahí ha estado la diferencia entre Ramón y los otros.
Aunque Ramón Paulino me había invitado a las demás y no le había asistido se mantuvo llamando en cada oportunidad al igual que Juan Carlos Bisonó. Por eso asistí a una de Juan Carlos y a una de Ramón.
En la de Ramón tuve la oportunidad de encontrarme con todas las generaciones periodísticas, desde Domingo Saint Hilaire (de la muy vieja guardia) hasta la bella, hermosa y atractiva Yeimy García, de la nueva camada periodística de Santiago.
Tuve la oportunidad de ver y escuchar a Ernesto -Yusi- Devares pronunciarse a favor de un candidato (algo poco usual). Y en esta oportunidad lo hizo a favor de Ramón y Juan Carlos.
En esta actividad se respiró un aire alegría, de triunfo
Si algo malo tuvo la actividad, fue el desagrado de escuchar a los oportunistas de Santo Domingo, que cada dos años aprovechan que los candidatos locales le preparen escenarios para ellos actuar.
Pero por lo menos hablaron. Algo que nunca hizo el contrincante de Ramón Paulino, Félix Parra.
A Parra nunca se le vio en un medio planteando sus propuestas, criticando ni invitando a que le acompañaran, sólo sus auspiciadores dieron la cara.
¿Cómo creer en un hombre que nunca me miró a los ojos, que nunca dio la cara? ¿Cómo creer en un hombre que limite sus movimientos al manejo de las crucetas?
Es imposible confiar en una persona que dependa totalmente de un crucetero, porque si este se distrae o se rompe una de las cuerdas, sus movimientos serán torpes y errados.
Ramón Paulino y Juan Carlos me llamaron y me tomaron en cuenta. Lo escuché, y estoy convencido de que lo han hecho bien. Mejor dicho, MUY BIEN, por eso este viernes 24 votaré por Ramón.
Ahhhh… a los oportunistas de Santo Domingo que nos quieren tratarnos como borregos, que sepan que en la nacional lo echaré lo blanco.
Como curiosidad periodística llegué a contar 108 miembros del colegio, dejando fuera aquellos que fueron para informar a los contrarios “como estuvo” el asunto.
Fue la segunda actividad en que hice presencia en este torneo cedepeista y la primera de Ramón Paulino. Los demás nunca me invitaron o no tuvieron la delicadeza de importantizarme con una llamada. Quizás ahí ha estado la diferencia entre Ramón y los otros.
Aunque Ramón Paulino me había invitado a las demás y no le había asistido se mantuvo llamando en cada oportunidad al igual que Juan Carlos Bisonó. Por eso asistí a una de Juan Carlos y a una de Ramón.
En la de Ramón tuve la oportunidad de encontrarme con todas las generaciones periodísticas, desde Domingo Saint Hilaire (de la muy vieja guardia) hasta la bella, hermosa y atractiva Yeimy García, de la nueva camada periodística de Santiago.
Tuve la oportunidad de ver y escuchar a Ernesto -Yusi- Devares pronunciarse a favor de un candidato (algo poco usual). Y en esta oportunidad lo hizo a favor de Ramón y Juan Carlos.
En esta actividad se respiró un aire alegría, de triunfo
Si algo malo tuvo la actividad, fue el desagrado de escuchar a los oportunistas de Santo Domingo, que cada dos años aprovechan que los candidatos locales le preparen escenarios para ellos actuar.
Pero por lo menos hablaron. Algo que nunca hizo el contrincante de Ramón Paulino, Félix Parra.
A Parra nunca se le vio en un medio planteando sus propuestas, criticando ni invitando a que le acompañaran, sólo sus auspiciadores dieron la cara.
¿Cómo creer en un hombre que nunca me miró a los ojos, que nunca dio la cara? ¿Cómo creer en un hombre que limite sus movimientos al manejo de las crucetas?
Es imposible confiar en una persona que dependa totalmente de un crucetero, porque si este se distrae o se rompe una de las cuerdas, sus movimientos serán torpes y errados.
Ramón Paulino y Juan Carlos me llamaron y me tomaron en cuenta. Lo escuché, y estoy convencido de que lo han hecho bien. Mejor dicho, MUY BIEN, por eso este viernes 24 votaré por Ramón.
Ahhhh… a los oportunistas de Santo Domingo que nos quieren tratarnos como borregos, que sepan que en la nacional lo echaré lo blanco.