Se acabaron las fiestas pero todos los desarreglos, los trasnoches, el exceso de bebidas alcohólicas, los dulces y el cuerito del puerco, se quedaron contigo. Retomar el hábito y reducir la cantidad de alimentos podría resultar un tanto difícil, más aún si tienes la nevera y la despensa repleta de turrones, bizcochos navideños y sobras.
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