miércoles, 20 de septiembre de 2017

Trump defiende su doctrina de "EE.UU. primero" como modelo para otros países

El presidente de EE.UU., Donald Trump, defendió ayer en su estreno en la Asamblea General de la ONU su principio de “Estados Unidos primero”, y dijo que todos los líderes del mundo deberían seguirlo y pensar también en sus propios intereses, aunque sin abandonar la cooperación en ciertos temas.

“Como presidente, siempre pondré a Estados Unidos primero, igual que ustedes, como líderes de sus países, deberían siempre poner a sus propios países primero”, dijo Trump en su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU.

El mandatario llamó a “renovar el principio de soberanía”, y destacó que “todos los líderes responsables tienen la obligación de servir a sus propios ciudadanos”, y que el “Estado nación sigue siendo el mejor vehículo para elevar la condición humana”. 

Sobre Venezuela, afirmó que Venezuela está “al borde del colapso total” y dijo que su país está listo para adoptar nuevas medidas si el presidente Nicolás Maduro “persiste en su camino para imponer un régimen autoritario”.

“El pueblo venezolano está hambriento y su país está colapsando”, afirmó Trump en su discurso. “La dictadura socialista de Maduro ha generado un dolor terrible y un sufrimiento al pueblo de ese país”, agregó.

Trump criticó la “corrupción” que ha “destruido una próspera nación, imponiendo la ideología, generando pobreza y miseria en todos los lugares donde ha llegado”. “El pueblo venezolano está hambriento y su país está colapsando”.

Con respecto a Irán, Trump declaró que el acuerdo nuclear firmado por EEUU y otras potencias con Teherán en 2015 es “una vergüenza” que su Gobierno podría abandonar si sospecha que “proporciona una tapadera para una eventual construcción de un programa nuclear”. “No podemos permitir que un régimen asesino siga con sus actividades desestabilizadoras mientras construye peligrosos misiles”, afirmó Trump al pedir al resto de países que se unan a él y reclamen a Irán el fin de “su búsqueda de la muerte y la destrucción”.

Países como Rusia o China quedaron fuera del discurso de Trump. Sí quiso advertir Trump de los peligros de la “migración descontrolada” y abogó por ayudar a los refugiados “lo más cerca posible de sus países”, en lugar de reasentarlos en Estados Unidos.

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