Tras ser ingresada ayer al Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Mujeres de Santiago, la reclusa Marlin Martínez, involucrada junto a su hijo Marlon Martínez en la muerte de la adolescente Emely Peguero Polanco, fue encerrada en una celda solitaria, pero a su vez se le asignaron varios médicos y dos psicólogos, debido a su estado depresivo y su decaimiento de salud.
Los informes revelaron que Martínez, a quien un juez de la Oficina de Servicios de Atención Permanente del Departamento Judicial de San Francisco de Macorís, dictó el pasado viernes tres meses de prisión preventiva como medida cautelar, no quiere comer, está depresiva y llora frecuentemente.
Marlin Martínez fue recluida en una celda solitaria y no se permite que tenga contacto con las demás internas, pero sí con las agentes penitenciarias del recinto que la visitan para percatarse de su situación y verificar si le hace falta algo.
Una fuente de la cárcel Rafey Mujeres manifestó al Listín Diario que Marlin llegó al centro muy tensa y nerviosa, pero que una funcionaria del recinto, le advirtió que no expresara preocupación, porque nadie la maltrataría y tampoco la insultarían. A su llegada, las internas de Rafey Mujeres se limitaron a mirarla de cerca, pero no hicieron comentarios.
No obstante, se dijo que una reclusa fue amonestada porque le vociferó, “bienvenida a Rafey señora Marlin, esta es su nueva casa y la mía también”.
Una fuente del Centro de Corrección Rafey Mujeres de Santiago declaró que la interna presenta un cuadro depresivo elevado y que pregona que de ella se han dicho algunas verdades, pero que la mayoría son mentiras.
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