Nadie vio entrar ni salir de la Cancillería a los dirigentes de la oposición venezolana que participaron allí, durante dos días seguidos, la reunión de diálogo con el presidente Danilo Medina y los delegados del chavismo.
Ni Julio Borges, Luis Florido, Timoteo Zambrano y Manuel Rosales han sido vistos por la prensa nacional e internacional que ha cubierto el encuentro que busca finalizar la crisis política que padece el país sudamericano durante los últimos meses.
Ayer el Centro de Convenciones lucía en orden y estaba despejado. A pesar de que la noche anterior allí se habían reunido el presidente Medina; la comisión chavista integrada por el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez y la presidenta de la Asamblea Constituyente, Delcy Rodríguez; junto a los dirigentes opositores, quienes esperaron a que todos se fueran del lugar para evitar ser abordados por algún periodista.
Según el mandatario dominicano y los oficialistas del régimen de Nicolás Maduro, las conversaciones avanzan de manera favorable y al parecer, tanto la oposición como el chavismo, están acordando puntos en común en el diálogo; uno de ellos es la conformación de países amigos para que den seguimiento al diálogo de paz que se está llevando a cabo en República Dominicana, y que se reanudará el próximo 27 de este mes.
Rosales, uno de los opositores y miembros de esa delegación, se pronunció al respecto; pero solo por Twitter.
“Siempre he hablado con la verdad por delante y he defendido la necesidad de llegar a acuerdos políticos para salir de la crisis nacional”.
No obstante, tras finalizar el diálogo de este jueves, los oficialistas sostuvieron una reunión con el expresidente de la República, Leonel Fernández, en la sede de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
El hermetismo de la oposición ha creado suspicacia debido a las especulaciones que se han generado al respecto. El peculiar comportamiento de los opositores ha tejido opiniones sobre el poco entendimiento entre las partes que no están ni cerca de ponerse de acuerdo para resolver la crisis que agobia a Venezuela, o que realmente la oposición no tiene realmente la disposición de dialogar con el régimen venezolano después de todo.
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