La historia del sacerdote Gerald Francis Ridsdale no deja de horrorizar a Australia y al mundo. Recientemente fue declarado el pedófilo más prolífico, ya que sus víctimas de abuso sexual podrían superar el millar.
Nacido en 1934, comenzó a estudiar en el seminario a los 20 años y en 1961 fue ordenado sacerdote. Sin embargo, no fue hasta la década de 1980 que comenzaron a surgir las denuncias en su contra, que derivaron en un primer juicio en 1994, en el que fue encontrado culpable y condenado a 18 años de prisión. Luego fue juzgado en el 2006, donde fue sentenciado a 13 años, y en el 2014, a ocho años más.
Si bien aún se siguen investigando sus delitos, se sabe que durante tres décadas abusó de cientos de menores de edad. Ridsdale ha reconocido además su responsabilidad en todos los delitos que se le imputaron.
"Si le dices a alguien, Dios castigará a tu familia"
El fiscal Jeremy McWilliams, a cargo de varias de la causas contra Ridsdale, comentó a la prensa algunos de los hechos aberrantes cometidos por el cura. Tal como reseñó 'El Debate', entre ellos se cuenta el abuso de un niño y una niña tras el funeral de su padre, presidido por él mismo.
También figura en las causas en su contra haber despertado en medio de la noche a la hija de una familia a la cual brindaba apoyo espiritual y, con la complicidad de su padre, llevarla hasta la iglesia, donde abusó de ella. "La condujo hasta el altar donde la recostó y al oído le susurró que Jesús murió por nuestros pecados, entonces podemos ser perdonados y si confieso este pecado, podré ser perdonado", contó McWilliams.
Entre las frases dichas a sus víctimas los expedientes muestran distintas amenazas. A un niño le dijo que el abuso era "parte del trabajo de Dios", pero que si se lo contaba a alguien el Señor castigaría a su familia. "Es nuestro pequeño secreto, no le digas a tu mamá, o tu papá podría morir", amenazó a otro.
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