Rafael –Magic-Mejía/Casimiro Minier, izquierda, junto a Freddy Núñez en su casa en Mata de los Indios, Villa Mella |
Casimiro Minier, artesano musical de 99 años, falleció ayer sábado, poniendo fin a una trayectoria artesano de 99 años, de confección de los instrumentos de Los Gongos de Villa Mella, grupo autóctono declarado por la Unesco en 2011 como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Su fallecimiento, dado a conocer por los percusionistasEdgar Molina y florentino Álvarez Mejía, quienes explicaron que el deceso se produjo el sábado, produciendo una inmensa tristeza en Villa Mella, una comarca éticamente negra con características culturales únicas, objeto de investigadores de científicos sociales nacionales y extranjeros.
Casimiro era hermano de Sixto Minier, capitán de la Cofradía hasta el momento de su muerte en el 2008. Pertenecía a una familia de portadores de esta tradición, siendoquienes junto a los demás cófrados dedicaron su vida íntegramente a la preservación de esta gran herencia cultural.
Minier durante más de 40 años estuvo al servicio de los congos como uno de sus principales fabricantes de sus instrumentos, atesorando una trayectoria que es culturalmente invaluable. Afortunadamente enseñó a otros artesanos jóvenes a producir los instrumentos del contagioso ritmo de los congos.
“Con su partida queda una tradición de sus ancestros y deja igualmente una su misión cumplida, la de mantener viva la tradición de los congos de la Cofradía del Espíritu Santo” dijo Edgar Molina.
Casimiro Minier nació el 13 de octubre de 1918.
Este artesano, que contribuyó a mantener viva la tradición de los congos, fue ente activo en la Cofradía fabricando instrumentos musicales como Maracas, Canoita y el Conguito.
Adicionalmente se ocupó, para perpetuar la tradición, de enseñar su talento a los niños de su comunidad.
Minier vivía de vender sus instrumentos a los músicos de la comunidad y del resto del país, ya que su prestigio como creador de instrumentos, era nacional por lo que recibía encargos de diversos lugares.
Destaca la musicóloga Rossy Díaz Ferreras queque Villa Mella ha sido centro de atención sólo cuando un anciano de gran valor cultural muere, más no así cuando estos artistas y artesanos necesitan ayuda.
“Perdemos a un patrimonio, quien mantuvo hasta sus últimos días su afán por mantener la tradición de los Congos. Hay que honrar su legado ahora que Unesco vuelve a privilegiarnos con una declaratoria de patrimonio de la humanidad y hagamos memoria” afirma la investigadora.
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