La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, ha cerrado su campaña a las elecciones de Estados Unidos con un mensaje de unidad y optimismo. Desde Filadelfia (Pensilvania) y arropada por el presidente saliente, Barack Obama, y su esposa, Michelle Obama, Clinton ha repasado sus principales propuestas y ha apelado a la reconciliación: “Quiero ser la presidenta de todos”.
Acompañada también por su marido Bill Clinton y por su hija Chelsea, la aspirante ha protagonizado un simbólico y multitudinario acto desde uno de los estados en disputa, en el que ha asegurado que este martes Estados Unidos se enfrenta al examen de “nuestro tiempo”. Los ciudadanos, ha explicado, deberán escoger entre ella o su rival, el republicano Donald Trump, sobre quien ha recordado sus múltiples polémicas y sus declaraciones contra todo tipo de colectivos.
A lo largo de esta última jornada de campaña, la demócrata ha insistido en que su contrincante ha “exacerbado” con sus comentarios “las fracturas y las divisiones” entre los estadounidenses. “La misión que tengo por delante es reconciliar al país”, ha remarcado Clinton, que ha prometido ser la presidenta tanto de los que la voten como de los que voten contra ella.
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