martes, 8 de diciembre de 2015

El tatuaje ya no avergüenza

Ötzi estuvo cinco mil años atrapado en la nieve hasta que un día de septiembre de 1991 dos desprevenidos turistas se dieron de narices con él en un glaciar alpino. El susto fue mayúsculo y no era para menos: el extremo frío del Valle de Ötz, en la frontera austroitaliana, había conservado el cuerpo casi intacto, tanto que la primera presunción fue que correspondía al de un hombre moderno.

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