MADRID, España. La situación degenera. El polémico encontronazo entre
Valentino Rossi y Marc Márquez en Malasia hace una semana vivió un nuevo
capítulo el viernes, cuando la intrusión de dos periodistas satíricos
italianos en la casa del catalán finalizó finalizó con una presunta agresión por aclarar, a siete días del Gran Premio de Valencia, donde se decidirá el título de MotoGP.
Una polémica que crece -
Desde
el lunes la polémica se desplazó fuera del paddock. La batalla pasó a
disputarse en el terreno mediático, diplomático, jurídico y penal.
Todo
comenzó en la carrera de MotoGP en Sepang. Italiano y español tuvieron
un encontronazo que terminó con el español por los suelos. Rossi, líder
del Mundial, fue sancionado y saldrá el último en el decisivo Gran
Premio final, el 8 de noviembre en Valencia (España).
Este incidente implica indirectamente a otro piloto, el español Jorge
Lorenzo (Yamaha), que sólo cuenta con 7 puntos menos que su compañero
Rossi en la clasificación del Mundial.
Para Rossi y para Italia
esta situación alimenta las sospechas de una alianza española para
evitar que ‘Il Dottore’ se proclame campeón del mundo.
Incluso
Lorenzo se vio obligado esta semana a desmentir la existencia de un
pacto que, según el diario italiano La Repubblica, se habría sellado con
Márquez en Andorra y cuyo objetivo sería la victoria final del
mallorquín.
Italia contra España
En la guerra
abierta los medios han tomado posiciones muy claras: la prensa española
acusa a Rossi de haber perdido los nervios y haber dado una patada a
Márquez en plena carrera, mientras que la italiana considera que el
catalán había iniciado las hostilidades para desestabilizar a su rival.
‘La
caída de un ídolo’, publicó el lunes en portada el diario Marca,
acompañando la información de una antigua fotografía en la que Márquez,
de niño, posaba con Rossi, su referente de entonces.
Incluso el
presidente del gobierno español Mariano Rajoy ha salido en defensa del
joven prodigio (22 años) frente al veterano italiano (36). “Tanto en
deporte como en política, no todo está permitido”, escribió en la red
social Twitter.
Su homólogo italiano también entró al paso. El
lunes por la noche Matteo Renzi, de gira por Sudamérica, llamó a Rossi
para animarle.
Personalidades del país transalpino y aficionados
han multiplicado los mensajes en las redes sociales bajo las palabras
claves ‘iostoconvale’ (Yo apoyo a Vale) o ‘forzaVale’ (vamos Vale).
“Un
pensamiento para Valentino Rossi: Espero que sea campeón del mundo”,
escribió Roberto Mancini, entrenador del Inter de Milán.
“Podemos
hablar del gesto de Rossi pero... ¿No han sentido cierto orgullo y
placer viéndolo? Yo sí”, estimó el jugador de rugby Mirco Bergamasco.
Rossi lleva el caso al TAS -
Rossi,
fortalecido por el apoyo, confirmó que competiría el viernes, después
de poner su participación en duda en Malasia, y además anunció que había
presentado un recurso de apelación al Tribunal Arbitral del Deporte
(TAS), con el objetivo de obtener la anulación de la sanción o su
reducción.
Si el italiano vence en el frente jurídico, no tendría
que salir desde la última posición y recuperaría todas las opciones de
lograr su décimo título mundial (contando todas las categorías).
Quién agredió?
En
este ambiente deteriorado, la puntilla llegó el viernes: Dos
periodistas satíricos italianos intentaron entregar a Márquez la ‘Copa
de Mierda’ (sic), “un premio especial concebido para premiar las
acciones del español”, explicó el programa ‘Le Iene’, que añadió que sus
reporteros fueron golpeados por el hermano del piloto, su padre y un
amigo.
“Un grupo de personas se personaron en la vivienda del
piloto y profirieron una serie de insultos, realizado determinadas
acciones humillantes y ridículas hacia el propio piloto e incluso
llegando a empujar y agredir a sus familiares más cercanos”, señaló el
entorno de Márquez en un comunicado.
Desde el otro lado los dos
periodistas del programa de la cadena Italia 1 explicaron en Facebook
que fueron “atacados” y que tuvieron que acudir al hospital. Además
añadieron que sus equipos de grabación fueron dañados.
La tensión parece máxima, pero no para de aumentar... ¿Hasta dónde llegará?
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