Maracay.
Los trabajadores de una zona industrial de Venezuela
permanecieron escondidos durante horas en baños y armarios hasta que
cesaron los disparos. El último de cuatro asaltantes, un hombre
ligeramente fornido que llevaba botas amarillas de caucho, se rindió en
la azotea y gritó: "¡Cristo salva!".
No hay comentarios:
Publicar un comentario