Por juan Isidro Inoa
En la comunidad donde tengo el honor de residir se realizó un paseo a la playa. Para el mismo se contactaron once familias y el compartimiento se transformó en un encuentro familiar compuesto por 73 persones entre niños, niñas, adolescentes y adultos.
Todo muy divertido.
Como siempre, cuando se juntan grupos adultos por mucho espacio de tiempo surgen conversaciones diversas. Como éramos un grupo normal, en el nuestro también surgieron temas. Uno de ellos, el sexo entre parejas.
El tema se tornó interesante y participativo tanto por los hombres como por las mujeres.
Los hombres a la defensiva y las a la defensiva.
Los hombres pidiendo más y la mujeres justificando su dosificación sexual.
Entre arenas, sol y agua cada quien decía y contradecía y al final salimos sin conclusión alguna.
Al llegar comencé a pensar en las contradicciones dadas en esposos y esposas. Los hombres coincidimos en que nos dan poco en la cama con respecto a lo que deseamos y las mujeres coincidieron en que sólo pensamos en sexo.
Pensé en los cientos de correos electrónicos que envían la féminas burlando nuestra inteligencia, figuras de par de cerebros donde el de la mujer está lleno de materia pensante y el de los hombres lleno de figuritas haciendo el amor hombre con mujer, mujeres con mujeres, hombres con mujer, hombre con mujeres y todas las combinaciones que sexualmente se puedan hacer. Se mofan de los hombres.
¿Es eso cierto? No.
La verdad es que la mujer no comprende que nuestros tiros son limitados y que con el tiempo se agotan y queremos aprovechar el tiempo útil de nuestra vida sexual. Dosificándola o no, se nos agota.
Por eso odiamos el “mentol” y todo artilugio o barrera creadas por las mujeres para excusar nuestro deseos.
Pero… ¿Qué tanto nos complacen?
Haciendo un cálculo concluí que realmente la mujer no nos da nada. Sí, nada. O casi nada.
Si una mujer de las que se hacen llamar muy activa decide complacernos cada tres días (excelente) nos satisfarán nueve veces al mes. Si cada día de esos nos dedica 30 minutos serían 270 minutos al mes, lo que sumarían al año 3,240 minutos a anual.
Si esos 3,240 minutos lo llevamos a horas serían 54 horas y al dividirla entre las 24 horas del día nos dice que una mujer sexualmente activa sólo nos dedica dos dias y seis horas al año. Muy poco.
Entonces… ¿Qué tantos sexo nos dan?
En la comunidad donde tengo el honor de residir se realizó un paseo a la playa. Para el mismo se contactaron once familias y el compartimiento se transformó en un encuentro familiar compuesto por 73 persones entre niños, niñas, adolescentes y adultos.
Todo muy divertido.
Como siempre, cuando se juntan grupos adultos por mucho espacio de tiempo surgen conversaciones diversas. Como éramos un grupo normal, en el nuestro también surgieron temas. Uno de ellos, el sexo entre parejas.
El tema se tornó interesante y participativo tanto por los hombres como por las mujeres.
Los hombres a la defensiva y las a la defensiva.
Los hombres pidiendo más y la mujeres justificando su dosificación sexual.
Entre arenas, sol y agua cada quien decía y contradecía y al final salimos sin conclusión alguna.
Al llegar comencé a pensar en las contradicciones dadas en esposos y esposas. Los hombres coincidimos en que nos dan poco en la cama con respecto a lo que deseamos y las mujeres coincidieron en que sólo pensamos en sexo.
Pensé en los cientos de correos electrónicos que envían la féminas burlando nuestra inteligencia, figuras de par de cerebros donde el de la mujer está lleno de materia pensante y el de los hombres lleno de figuritas haciendo el amor hombre con mujer, mujeres con mujeres, hombres con mujer, hombre con mujeres y todas las combinaciones que sexualmente se puedan hacer. Se mofan de los hombres.
¿Es eso cierto? No.
La verdad es que la mujer no comprende que nuestros tiros son limitados y que con el tiempo se agotan y queremos aprovechar el tiempo útil de nuestra vida sexual. Dosificándola o no, se nos agota.
Por eso odiamos el “mentol” y todo artilugio o barrera creadas por las mujeres para excusar nuestro deseos.
Pero… ¿Qué tanto nos complacen?
Haciendo un cálculo concluí que realmente la mujer no nos da nada. Sí, nada. O casi nada.
Si una mujer de las que se hacen llamar muy activa decide complacernos cada tres días (excelente) nos satisfarán nueve veces al mes. Si cada día de esos nos dedica 30 minutos serían 270 minutos al mes, lo que sumarían al año 3,240 minutos a anual.
Si esos 3,240 minutos lo llevamos a horas serían 54 horas y al dividirla entre las 24 horas del día nos dice que una mujer sexualmente activa sólo nos dedica dos dias y seis horas al año. Muy poco.
Entonces… ¿Qué tantos sexo nos dan?
No hay comentarios:
Publicar un comentario