Al ver el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, en el programa “Propuesta de los Candidatos” que presentó el Grupo Corripio a través de sus medios de comunicación, esa noche no pude dormir.
Pasé la noche pensando cuales son las
razones por las que un candidato que no conoce su propio programa de
gobierno es seguido por más del 40% de los votantes.
Reflexioné sobre sus seguidores y
comprendí que una cuota de ellos busca poder, otra trabajo y otros ser
favorecidos con medidas que beneficien sus negocios. Eso no está mal.
Los comprendo.
Lo que no comprendo es como sectores
pensantes que no buscan nada de los gobiernos siguen a un hombre que una
pregunta sobre la reforma fiscal la responda un simple “eso hay que
arreglarlo”.
De todas las preguntas no respondió una
con propiedad. Ahora se por qué en el debate de la ANJE Hipólito Mejía
huyó por la derecha.
Sé que en esta contienda electoral
existe la figura del voto de castigo, no a Danilo Medina sino al PLD,
por cansancio tras ocho años de gobierno, pero ese voto de castigo está
compitiendo contra la estabilidad y el sosiego.
Quienes dicen estar “jartos” del PLD no
se han detenido a pensar en lo podría venir en un eventual gobierno de
Hipólito Mejía. No han pensado en la chercha, la representación
internacional y el respeto a los demás.
Quizás estén “jartos” del aire peledeista… Pero volver al pasado es peor.
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