La tan esperada encuesta y de la cual los estrategas del PRD o mejor dicho del candidato Hipólito Mejía tenían conocimiento, ha despertado un nerviosismo en aquellos que meses atrás habían asumido un triunfalismo desbordante al creer que tenían en sus manos y de manera fácil el triunfo electoral del 20 de mayo del 2012.
En esa encuesta, que es la que goza de mayor credibilidad en la población, los medios, y los partidos, el candidato perredeista se mantiene como puntero con 5% por encima del candidato peledeista Danilo Medina.
Si es por estar arriba el nerviosismo no existiera, el problema esta que una candidatura que comenzó en un 63% y sabiéndose que bajaría pero no tanto, se encuentra estancada durante los últimos dos meses mientras que Medina ha incrementado su popularidad en un 9%.
Ese ascenso meteórico de Danilo y ese estancamiento de Mejía, nos da la señal clara de que el “Llegó Papá” se ha agotado y que el discurso de propuesta de Medina esta calando en un sector de la población.
La ventaja a seis meses de cinco puntos porcentuales de un candidato vulnerable como el expresidente Hipólito Mejía es prácticamente nada.
Los alegatos de posibles fraudes por parte del candidato perredeista, ya nos estaban dando signos de debacle de una candidatura encendida por un relajo (llegó papá) y que en el momento de tomar la recta final, donde las cosas se toman más en serio, no se encuentra la manera de diseño que pueda sustituir el relajo por propuestas creíbles.
La verdad es que hay una guerra de encuestas y cada uno tira las suyas. Pero entre encuestas y encuestas se cuelan números muy cercanos a la realidad que nos dan una “orejita” de por donde anda el asunto. Y parece que asunto esta casi parejo.
En esa encuesta, que es la que goza de mayor credibilidad en la población, los medios, y los partidos, el candidato perredeista se mantiene como puntero con 5% por encima del candidato peledeista Danilo Medina.
Si es por estar arriba el nerviosismo no existiera, el problema esta que una candidatura que comenzó en un 63% y sabiéndose que bajaría pero no tanto, se encuentra estancada durante los últimos dos meses mientras que Medina ha incrementado su popularidad en un 9%.
Ese ascenso meteórico de Danilo y ese estancamiento de Mejía, nos da la señal clara de que el “Llegó Papá” se ha agotado y que el discurso de propuesta de Medina esta calando en un sector de la población.
La ventaja a seis meses de cinco puntos porcentuales de un candidato vulnerable como el expresidente Hipólito Mejía es prácticamente nada.
Los alegatos de posibles fraudes por parte del candidato perredeista, ya nos estaban dando signos de debacle de una candidatura encendida por un relajo (llegó papá) y que en el momento de tomar la recta final, donde las cosas se toman más en serio, no se encuentra la manera de diseño que pueda sustituir el relajo por propuestas creíbles.
La verdad es que hay una guerra de encuestas y cada uno tira las suyas. Pero entre encuestas y encuestas se cuelan números muy cercanos a la realidad que nos dan una “orejita” de por donde anda el asunto. Y parece que asunto esta casi parejo.
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