lunes, 11 de julio de 2011

UNA HUELGA PARA REFLEXIONAR

El paro cívico convocado por el Foro Social Alternativo (FSA) para el pasado 11 de julio, fue sin duda alguna un éxito total.

La paralización del transporte y el cierre en las áreas comerciales fue un muestra de que el FSA  canalizó en esta oportunidad las inquietudes y descontentos que tiene la población con la política económica y social que está implementando el gobierno.

¿Está el FSA en condiciones de parar el país? No. En término cuantitativo y de incidencia el FSA no está en condiciones de parar un país de la manera cívica en que se realzo la jornada del 11 de julio. La etique de de “revoltosos“, que por sus improvisadas y focales protesta que con frecuencia llevan a cabo le impiden crear una imagen aglutinadora.

En esta ocasión el FSA actuó de manera diferente. Aprovechó en descontento por los impuestos del sector empresarial, el descontento con los combustibles del sector transporte, y el descontento que por el alza desmedida que han experimentados los artículos de consumo masivo, tiene la población las canalizó y logro el apoyo de todos los sectores.

Esto sumado al apoyo de los partidos de oposición, que jugando su papel se integraron al llamado, se logró la realización de un paro cívico contundente.

Pero a mi entender el FSA cometió errores gravísimos.

Como decimos en ocasiones “se le salio el barrio”, del FSA podemos decir que “se le salió el anarquismo”.

Viendo la contundencia como la población, los empresarios y los transportistas respondieron al llamado, fue una imprudencia llamar en horas de la tarde a movilizaciones en los diferentes sectores del país. A partir de ahí el paro se le salió de la mano y comenzó la desnaturalización del mismo.

Parece que los integrantes del FSA todavía tienen la creencia de que para que un paro sea exitoso debe aportar presos, heridos y muertos y no asimilan que el mensaje esta en no asistir a los trabaos, no abrir las empresas y comercios y quedarse recogidos en sus hogares, como ocurrió en las primeras horas de la mañana. Con eso el mensaje de descontento le llega al gobierno que es el objetivo final de la protesta. Creo yo.

En lo que concierne al gobierno. Un paro de esa magnitud debe llevarlo a reflexionar.

Debe preguntarse el presidente, si los funcionarios le están diciendo la verdad de cómo va el país? Si sus funcionarios se está enlodando con los de abajo? Si están mitigando sus verdaderas necesidades? Si su política económica va por el camino correcto? Si su política social está llegando a los sectores mas empobrecido? ¿Por qué aquellos empresarios que los halagan y reconocen respaldaron el paro?

Después del gobierno hacerse esas preguntas, sin apasionamiento y con objetividad, seguro que deberá producir cambios en su estilo y buscará un acercamiento con una población que le dio la confianza de gobernar. Y si esto sucede, se beneficiará su pueblo y su gobierno.

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