Ha salido a relucir la firma de un contrato para salud por parte de la alcaldía de Santiago, en el cual según los términos y la firma del mismo, más que un contrato, es un desastre que tiene como único fin beneficiar a alguien.
El contrato con la compañía “RER Mass Productos Consulting, S.A.”, estipula que acabando de firmarse el contrato hay que pagarle a la compañía la suma de 2 millones de pesos solo por la firma, y de ahí en adelante la misma cantidad todos los meses durante 6 años.
Esos 2 millones de pesos mensuales, es en adición al pago del equivalente a 8 mil afiliados en un supuesto “seguro de salud”, en donde no se especifica el monto a pagar por cada afiliado.
Todos estos acuerdos se han hecho a espalda del consejo edilicio. A espalda de los concejales, que con contadas excepciones, se han convertido en cómplices de las travesuras e inventos del alcalde Serulle.
Con el contrato Gilberto Serulle pretende dotar de seguro médico a 8 mil “santiagueros pobres”. Pero a pesar de pagar 2 millones de pesos todos los meses a una compañía para el asesoramiento en esos asuntos, no hay un control ni un estudio que determine quienes son los que lo necesitan.
Para la distribución de los carnets del “seguro de salud”, el alcalde del municipio de Santiago ha recurrido a su estrategia de dar para callar y ha entregado a cada concejal 40 carnets para que los manejen a discreción. Con esto se pretende que los concejales ya convertidos en cómplices, no tengan moral para cuestionar las irregularidades de ese contrato.
El ocho de junio de pasado se emitió un cheque a esa compañía por el valor de RD$653,950.00 para la confección de 2,255.00 carnets al precio de RD$250.00 cada uno. Un producto que se consigue en el mercado a RD$75.00. Todo esto aparte de los famosos 2 millones que por contrato recibe mensuales.
¿Es atribución del ayuntamiento proveer de salud a los ciudadanos? No. Para eso está el estado. Esos son inventos para favorecer amigos y amigos de amigos.
Quienes son los beneficiados?... No sé. Pero si sé que no es sano un contrato firmado a espalda del consejo edilicio a los 25 días de la toma de posesión el alcalde Gilberto Serulle.
Ni sano que se dote de un seguro medico donde solo se puede asistir a una sola clínica de segunda categoría.
Y lo que es peor aun el artículo 10 del contrato dice que “Las partes contratantes se comprometen a mantener en la más estricta confidencialidad todo lo relativo al presente acuerdo”, como si fuera algo personal y no con una institución que debe rendir cuentas a la ciudad que representa.
¿Si el contrato es sano y cargado de buenas intenciones, por qué no se llevó a la sala capitular?
¿Por qué se buscó una compañía de Santo Domingo y desconocida?
¿No hay en Santiago empresas en capacidad de asesorar al alcalde en asuntos de seguros?
Antes de llegar a la alcaldía de Santiago, Gilberto Serulle habló de una alcaldía transparente, de cristal, pero luego que entro le mandó a tintar los cristales.
Hoy, ahí dentro hay que caminar a tientas, por el oscuro manejo que se está ejerciendo.
El contrato con la compañía “RER Mass Productos Consulting, S.A.”, estipula que acabando de firmarse el contrato hay que pagarle a la compañía la suma de 2 millones de pesos solo por la firma, y de ahí en adelante la misma cantidad todos los meses durante 6 años.
Esos 2 millones de pesos mensuales, es en adición al pago del equivalente a 8 mil afiliados en un supuesto “seguro de salud”, en donde no se especifica el monto a pagar por cada afiliado.
Todos estos acuerdos se han hecho a espalda del consejo edilicio. A espalda de los concejales, que con contadas excepciones, se han convertido en cómplices de las travesuras e inventos del alcalde Serulle.
Con el contrato Gilberto Serulle pretende dotar de seguro médico a 8 mil “santiagueros pobres”. Pero a pesar de pagar 2 millones de pesos todos los meses a una compañía para el asesoramiento en esos asuntos, no hay un control ni un estudio que determine quienes son los que lo necesitan.
Para la distribución de los carnets del “seguro de salud”, el alcalde del municipio de Santiago ha recurrido a su estrategia de dar para callar y ha entregado a cada concejal 40 carnets para que los manejen a discreción. Con esto se pretende que los concejales ya convertidos en cómplices, no tengan moral para cuestionar las irregularidades de ese contrato.
El ocho de junio de pasado se emitió un cheque a esa compañía por el valor de RD$653,950.00 para la confección de 2,255.00 carnets al precio de RD$250.00 cada uno. Un producto que se consigue en el mercado a RD$75.00. Todo esto aparte de los famosos 2 millones que por contrato recibe mensuales.
¿Es atribución del ayuntamiento proveer de salud a los ciudadanos? No. Para eso está el estado. Esos son inventos para favorecer amigos y amigos de amigos.
Quienes son los beneficiados?... No sé. Pero si sé que no es sano un contrato firmado a espalda del consejo edilicio a los 25 días de la toma de posesión el alcalde Gilberto Serulle.
Ni sano que se dote de un seguro medico donde solo se puede asistir a una sola clínica de segunda categoría.
Y lo que es peor aun el artículo 10 del contrato dice que “Las partes contratantes se comprometen a mantener en la más estricta confidencialidad todo lo relativo al presente acuerdo”, como si fuera algo personal y no con una institución que debe rendir cuentas a la ciudad que representa.
¿Si el contrato es sano y cargado de buenas intenciones, por qué no se llevó a la sala capitular?
¿Por qué se buscó una compañía de Santo Domingo y desconocida?
¿No hay en Santiago empresas en capacidad de asesorar al alcalde en asuntos de seguros?
Antes de llegar a la alcaldía de Santiago, Gilberto Serulle habló de una alcaldía transparente, de cristal, pero luego que entro le mandó a tintar los cristales.
Hoy, ahí dentro hay que caminar a tientas, por el oscuro manejo que se está ejerciendo.
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