Al partido que esta en el gobierno le luce y le conviene la elección tardía de su candidato presidencial, no siendo igual para los partidos de oposición quienes en algunos de los casos están en la necesidad de dar a conocer sus candidatos.
En el caso del PRD su candidato es conocido-muy conocido diría yo- pero necesita una gran campaña para dar a conocer o por lo menos tratar de convencer de que el Hipólito Mejía de hoy es diferente al de ocho años atrás.
De ahí que es considerada atinada la celebración de la convención perredeísta a un año y tres meses de las elecciones del 20 de mayo del 2012.
Pero… ¿Para que ha servido?
Para nada, durante la contienda interna, el PRD se mantuvo activo y reanimó su militancia y recobró el aire perdido. Pero luego de la convención del 6 de marzo al partido blanco parece habérsele apagado el “jacho” y ha entrado en un letargo, tirando por el suelo la euforia conseguida.
El hecho de que el presidente del PRD y precandidato Miguel Vargas Maldonado no asimilara su derrota, ha servido de caldo de cultivo para el aturdimiento que hoy mantiene postrada la segunda fuerza electoral del país.
El dominio de las estructuras del PRD por parte de su presidente y ex precandidato Vargas Maldonado, y la intención de relegar a un segundo plano esa dirigencia por parte de los parciales de Hipólito Mejía, a retrasado la conformación de los comités de campaña provinciales y municipales.
El problema existente dentro del PRD no es tan sencillo como se quiere ver. Más bien es un arma de doble filo que hay que manejarlo con inteligencia para poder salir unificado a competir.
1.- Como la gente de “Papá” se alzó con el candidato y esa candidatura llegó acompañada de pugna y disgustos, los ganadores quieren ser ellos mimos quienes manejen su campaña por temor a que, entregados los comités de campaña a la gente de Miguel, estos se sienten para tomar venganza.
2.- Como a la gente de Miguel los quieren dejar fuera de los cargos de relevancia en la campaña, estos se sienten “afueriao” y amenazan con no trabajar para demostrar que sin ellos no se gana.
Esos conflictos le ha costado a Hipólito Mejía tres meses menos de campaña y contando. Hay para ver hasta cuando se extiende el impás.
De nada le ha servido al PRD la temprana elección de su candidato para el 2012, cuando sus conflictos han menguado su intensidad emotiva mientras comienza a efervescer en el partido de gobierno.
En el caso del PRD su candidato es conocido-muy conocido diría yo- pero necesita una gran campaña para dar a conocer o por lo menos tratar de convencer de que el Hipólito Mejía de hoy es diferente al de ocho años atrás.
De ahí que es considerada atinada la celebración de la convención perredeísta a un año y tres meses de las elecciones del 20 de mayo del 2012.
Pero… ¿Para que ha servido?
Para nada, durante la contienda interna, el PRD se mantuvo activo y reanimó su militancia y recobró el aire perdido. Pero luego de la convención del 6 de marzo al partido blanco parece habérsele apagado el “jacho” y ha entrado en un letargo, tirando por el suelo la euforia conseguida.
El hecho de que el presidente del PRD y precandidato Miguel Vargas Maldonado no asimilara su derrota, ha servido de caldo de cultivo para el aturdimiento que hoy mantiene postrada la segunda fuerza electoral del país.
El dominio de las estructuras del PRD por parte de su presidente y ex precandidato Vargas Maldonado, y la intención de relegar a un segundo plano esa dirigencia por parte de los parciales de Hipólito Mejía, a retrasado la conformación de los comités de campaña provinciales y municipales.
El problema existente dentro del PRD no es tan sencillo como se quiere ver. Más bien es un arma de doble filo que hay que manejarlo con inteligencia para poder salir unificado a competir.
1.- Como la gente de “Papá” se alzó con el candidato y esa candidatura llegó acompañada de pugna y disgustos, los ganadores quieren ser ellos mimos quienes manejen su campaña por temor a que, entregados los comités de campaña a la gente de Miguel, estos se sienten para tomar venganza.
2.- Como a la gente de Miguel los quieren dejar fuera de los cargos de relevancia en la campaña, estos se sienten “afueriao” y amenazan con no trabajar para demostrar que sin ellos no se gana.
Esos conflictos le ha costado a Hipólito Mejía tres meses menos de campaña y contando. Hay para ver hasta cuando se extiende el impás.
De nada le ha servido al PRD la temprana elección de su candidato para el 2012, cuando sus conflictos han menguado su intensidad emotiva mientras comienza a efervescer en el partido de gobierno.
ji2013@hotmail.com
juanisidroinoa@gmail.com
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